Hoy sigo con mis mitos, pero creo que me tomaré un descanso, porque aunque me encantan recrear escenas de la Grecia clásica, el solo hecho de buscar las referencias literarias para acompañar a la artesanía, ya me lleva un buen rato y no me gusta poner la foto sin más…
Vamos al lío con una de sirenas.
Las sirenas griegas que cita Homero en su Odisea tenían alas y la mitad inferior del cuerpo de ave en vez de de pez (esta representación data de la Edad Media y es la que ha llegado hasta nuestros días) pero al ser una representación más generalizada y a mi gusto, más bonita, será la que coja para mi broche de hoy, porque por otra parte podrían confundirse con ángeles raros.
Son seres mágicos, normalmente jóvenes hermosas, dadas a la perversión y a encontrar regocijo en la desgracia de los hombres. Con sus cantos dulces atraen a los marinos, haciendo que sus naves se despedacen contra las rocas. El que oye sus voces se olvida para siempre de su patria, de su hogar, y de su familia y se arroja a por ellas al mar.
Odiseo, Ulises para los romanos, se liberó de ellas, siguiendo los consejos que Circe, haciéndose atar al mástil de su embarcación para poder oír sus preciosos cantos y tapando los oídos de sus compañeros con cera por dos razones, para que no oyesen ni a las sirenas, ni a él mismo suplicando que lo desataran.
Os dejo, sin más preámbulos, el trocito de la Odisea que narra esta aventura:
“-Célebre Odiseo, gloria insigne de los aqueos. Acércate y detén la nave para que oigas nuestra voz. Nadie ha pasado en su negro bajel sin que oyera la suave voz que fluye de nuestra boca; sino que se van todos después de recrearse con ella, sabiendo más que antes; pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya argivos y teucros, por la voluntad de los dioses, y conocemos también todo cuanto ocurre en la fértil tierra.-
Esto dijeron con su hermosa voz. Sintióse mi corazón con ganas de oírlas, y moví las cejas, mandando a los compañeros que me desatasen; pero todos se inclinaron y se pusieron a remar. Y, levantándose al punto Perimedes y Euríloco, atáronme con nuevos lazos, que me sujetaban más reciamente. Cuando dejamos atrás las sirenas y ni su voz ni su canto se oían ya, quitáronse mis fieles compañeros la cera con que había yo tapado sus oídos y me soltaron las ligaduras.”
David (S. Buchalter), te dedico esta artesanía como te prometí, pero también un cachito es para mi amiga Ulysses, por razones obvias!
Aunque soy antitaurina: Va por ustedes!
Hasta mañana!
P.D. David ha recibido su dedicatoria y a cambio le ha puesto música al broche atándose al mástil de su guitarra durante casi cuatro minutos y este es el vídeo
Thanks a lot!!!
PRECIO: 15€ (INCLUYE BREVE RELATO MITOLÓGICO)